Opinión
La victoria en silencio: Una lección para el automovilismo
El fin de semana el flamante equipo ATR Racing Team con su piloto Marcelo Ciarrocchi se quedó con una gran carrera en Rosario. La ganaron en silencio.

¿Qué hay detrás del silencio?. Para entender la victoria de un flamante equipo con escasa experiencia como el ATR Racing (Amigos Team Racing) en una de las categorías más importantes de la República Argentina a la que quiero referirme, recurro a un frase que considero aplica: “Acostúmbrate a ganar en silencio y que el mundo piense que vas perdiendo” .
El equipo ATR Racing es la suma de talentos complementarios que, operando desde la discreción, han construido un proyecto ganador.
Primero hay que contar que Abel Gómez ha tenido su participación como piloto en el automovilismo de la provincia de Córdoba. Lo hizo con 20 años, corría el año 2002 y sus inicios mecánicamente fueron en el garage de la casa de sus padres. Participó hasta el año 2012 donde se bajó del auto para ofrecer servicio de atención integral.
En ese sentido ha sido un acierto, seis títulos hoy (Turismo Nacional Histórico, Promocional 1100, dos en TC Pista 4000 y dos en TC4000), alcanzan como grandes pergaminos, con el agregado de haber llegado a la corona tanto con su asistencia, como la preparación de motores. Este año además de asistir a Juan Pablo Barucca en Procar 4000 hicieron pie en TC 2000 y han funcionado de manera implacable tanto en Oberá donde llegaron al podio, como con la victoria en la tercera fecha de la mano de Marcelo Ciarrocchi.
El “socio” de Abel Gómez es Elvio Oliva, digamos mejor “Cali” para quienes frecuentamos la zona de boxes. Un mecánico estratega y si la necesidad avasalla, toma decisiones fuertes en el momento de la carrera.
Con este “combo”, es necesario para ejecutar el plan disponer de un gran piloto. Es el lugar que ocupa Marcelo Ciarrocchi, su capacidad, experiencia, eficiencia y claridad arriba de cualquier auto de carrera le permiten ser el tripulante de todo lo expresado precedentemente.
Este equipo, sin pensarlo ha utilizado la estrategia más poderosa como el silencio y pasar desapercibidos, con perfil bajo y sin buscar la atención, enfocándose en lo verdaderamente importante como trabajar duro y constante, sin mostrar sus habilidades y estrategias.
Lo sucedido ayer en Rosario, es la prueba de que, a veces, el camino más efectivo hacia el triunfo es el que se recorre en silencio.