Opinión
¿Y hasta cuándo Canapino? El dominio que no se detiene
Agustín Canapino ganó su 17° título en el automovilismo argentino y se convirtió en el piloto de pista más campeón en nuestro país.
- ¿Y hasta cuándo Canapino? El dominio que no se detiene
“Boca, otra vez Boca, ¿y hasta cuándo Boca?”. Es una icónica frase que dijo Mariano Closs instantes después de la consagración del equipo dirigido por aquel entonces por el recordado Miguel Ángel Russo en la Copa Libertadores 2007, en referencia a un dominio que parecía no tener techo. Esa misma pregunta hoy encaja a la perfección con Agustín Canapino. Un piloto que comenzó a dejar su huella en 2010 con su primer título de Turismo Carretera y que este domingo, 15 años después, se subió definitivamente a la cima del automovilismo argentino. ¿Y hasta cuándo Canapino?
Porque lo de Canapino ya no admite calificativos que sean sólo pasajeros. No es una racha, no es una casualidad, no es un “momento”. Es una era. Canapino construyó su carrera sobre la constancia, la inteligencia deportiva y una ambición que no se agota. Desde aquel primer campeonato de TC hasta este reciente título en TC Pick Up, el número 17 de su cuenta personal, el denominador común siempre fue el mismo: ser protagonista y no pasar desapercibido.
A diferencia de otros grandes nombres de la historia, Canapino no se quedó en una sola categoría. Dominó el Turismo Carretera, marcó una época en el Súper TC2000 / TC2000 y en el medio, se animó a dar el salto internacional para medirse mano a mano con los mejores pilotos en la IndyCar. Cada desafío fue una prueba superada y cada vez que volvió al país mostró que su jerarquía seguía intacta.
Este nuevo campeonato no solo lo consagra como el piloto más campeón del automovilismo de pista en nuestro país dejando atrás a nada más y nada menos que Juan María Traverso, sino que refuerza una idea difícil de discutir: Canapino supo evolucionar con el deporte. Entendió el automovilismo moderno, el trabajo en equipo, el desarrollo técnico y la lectura estratégica de los campeonatos. Ganó con distintos autos, estructuras y reglamentos, algo que muy pocos pudieron hacer.
La vigencia es otra de las columnas vertebrales de su leyenda. En un contexto cada vez más competitivo, con jóvenes talentos empujando fuerte y categorías altamente profesionalizadas, Canapino sigue marcando el camino. No baja el nivel, no negocia rendimiento y no se conforma. Cada título parece ser el punto de partida del siguiente. Ya lo dijo en Carburando Radio cuando se le preguntó por el 2026: “Ya estoy pensando en quedarme con el próximo campeonato”
Por eso la pregunta sigue flotando en el aire, como aquella noche de 2007 en el Maracaná: ¿y hasta cuándo Canapino? La respuesta, hoy, nadie la tiene. Lo único seguro es que mientras esté en pista, el automovilismo argentino seguirá mirándolo para ver si sigue construyendo la historia. Porque cuando hay dominio, historia y vigencia, no se trata solo de ganar: se trata de marcar una era.