Opinión
El Zonda: un ícono que vuelve a brillar
Una propuesta de TC2000 y una apuesta impresionante del gobierno sanjuanino, ante el pedido de su público, le dieron vida nuevamente al emblemático Zonda.

El Zonda, el mítico autódromo Eduardo Copello, ha vuelto a resplandecer como en sus épocas de esplendor. El regreso del TC2000 a este trazado, que se erige entre los cerros de San Juan, no es solo una victoria para los aficionados al automovilismo, sino también una reafirmación de la importancia cultural, social y económica de un lugar que, con el paso de los años, ha marcado a fuego la historia del deporte motor.
La renovación del circuito, que demandó una inversión aproximada de 1380 millones de pesos, ha sido mucho más que una simple actualización de infraestructuras. Ha sido una manifestación de la determinación de la provincia, del compromiso del gobierno sanjuanino, y de la inquebrantable pasión de los sanjuaninos por el automovilismo. La renovación no solo debía garantizar la seguridad de los pilotos, sino también honrar la historia de un lugar que ha visto pasar a leyendas del automovilismo nacional.
El retorno del Zonda se vivió con una intensidad que pocos eventos pueden generar. Más de 20.000 personas acompañaron el espectáculo desde el viernes, demostrando que el amor por el circuito sigue intacto. El Zonda tiene algo especial: el ruido de los motores, rebotando contra la quebrada, crea una atmósfera única, difícil de describir con palabras, pero imposible de olvidar.
El regreso de pilotos históricos es un testimonio de cómo el automovilismo, lejos de ser solo un deporte de alto rendimiento, es también un pilar cultural que une generaciones. Los autos, los pilotos, y la historia del Zonda se entrelazan de una forma tan profunda que, al recorrer sus curvas, se siente el peso de tantas carreras épicas que han sido testigos de los cerros.
Desde una perspectiva económica, el impacto de esta restauración se hace evidente en la reactivación del turismo, la atracción de diferentes eventos y la visibilidad que ha ganado la región en el mapa del automovilismo.
Lo que se vivió este fin de semana fue más que una competencia de velocidad. Fue un recordatorio de que, a veces, los lugares más emblemáticos necesitan un renacer para seguir dejando huella. El Zonda tiene alma, y esa alma nunca se pierde, solo se transforma y resplandece de nuevo.
Foto: Mariano Ferrari (TC2000)