Opinión
TC: ¿Se está desprestigiando el talento de los pilotos?
La final del TC en el Cabalén de Córdoba no generó demasiado espectáculo en pista y la única situación para los aplausos, fue sancionada. Julián Santero y Mariano Werner protagonizaron un episodio que generó la polémica y muchas preguntas.
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La final del Turismo Carretera disputada el pasado fin de semana en el Autódromo “Oscar Cabalén” de Villa Parque Santa Ana, a pocos kilómetros de Alta Gracia (Córdoba), no dejó mucho para hablar y analizar en cuanto al espectáculo deportivo y el foco se instaló en la polémica, una vez más. Si bien las características del escenario cordobés al cual el TC no visitaba desde el año 2014, preveían lo que iba a suceder, la competencia terminó siendo mas “chata” de lo pensado.
Tener a Mariano Werner y a Julián Santero largando desde la primera fila, al menos generaba una sensación de que algo podía pasar. Y, en definitiva, algo sucedió. El actual campeón intentó desde la primera curva contra el entrerriano y en la segunda variante logró hacer una maniobra que para cualquier “purista” del automovilismo es válida y excelentemente ejecutada.
Y si hablamos de “puristas”, los protagonistas de la polémica son dos claros representantes de esa definición. Dos campeones de la categoría que por naturaleza propia son grandes hacedores de maniobras destacadas y muchas veces al límite. Tras quedar por detrás de Santero, conociendo el criterio con el que se maneja la ACTC en estos tiempos (aunque sin estar de acuerdo con este tipo de decisiones), Werner les consultó a los comisarios deportivos por “los toques laterales” que supuestamente el mendocino habría ocasionado contra su Mustang. Rápidamente, Roberto Saibene le anunció a Santero que tenía que devolverle la posición a Werner, generando que el campeón se revele y se desentienda del pedido; aunque en la cuarta vuelta terminó acatando la orden y quedando en el segundo lugar; posición en la que cruzó la bandera a cuadros, seguido por el joven Hernán Palazzo que completó el podio.
En la premiación, Santero se mostró molesto, con cara de pocos amigos y sin ánimos de festejar. Luego fue a hablar con los Comisarios Deportivos y al ser consultado por la prensa, decidió esquivar los micrófonos y guardarse a silencio.
¿Es entendible el fastidio del campeón? Hay dos respuestas, opuestas pero aceptables.
Respuesta 1: Claro que es entendible. Santero es el piloto del momento en nuestro país, un distinto, de esos deportistas con un talento innato y de los pocos que pueden hacer la excelente maniobra que hizo el domingo. Sobre todo, sabiendo que adelante estaba Werner, otro gigante de automovilismo argentino. Olió sangre y fue… Y le salió un maniobrón, pero terminó sancionado por un pequeño roce.
Respuesta 2: Conociendo las reglas del juego actuales de la ACTC, no se estaría alineando a lo que se juzga actualmente. En el TC de hoy están prohibido los toques laterales. Es algo que se remarca en cada reunión de pilotos (dicho por los propios protagonistas). De esta manera, aferrado a ese reglamento se entiende el reclamo de Werner, como también la decisión de los Comisarios Deportivos.
Lo cierto es que este tipo de sanciones lleva a los pilotos a la incertidumbre, a guardarse por temor a sanciones, perjudicando el espectáculo. El roce lateral, que no cause una consecuencia (como ocurrió en este caso) debería ser parte del juego. Cobrar mancha no debería ser parte del automovilismo y en definitiva, este tipo de sanciones terminan desprestigiando el talento de los pilotos.
